MAU Y MARY…
DOS ANGELES RUBIOS
Los veía cada tarde, al llegar de la escuela;
parecían dos ángeles escapados a tierra.
Entonces supuse, que Dios los había enviado
para adornar su esfera…
… tal vez de una manera diferente;
inexistente en el pasado.
Algo mágico, exótico, casi etéreo.
Pintó de rubio sus cabellos; les colocó en el medio
de sus ojos claros, unas pupilas de ensueño.
Los miraba mil veces, mientras hacían dibujos medio acabados,
con la pantalla encendida frente a ellos.
Claro, como todos, miraban en los destellos…
…del divertido aparato,
los muñequitos pequeños, largo rato.
Así, son ellos. Los dos ángeles rubios.
Comían a plazos, para rendir el tiempo.
Se reían por momentos, de sus propias travesuras;
de sus juegos quietos;
de sus locuras con mezcla de atropellos.
Ya no los veo cada tarde. Se quedaron en su mundo.
En su mundo lejano, de ángeles rubios.
Pero siempre están ahí; lo sé. Los siento.
Los veré otra vez, en cualquier momento.
Los veré regresar de la escuela en la tarde;
seguramente estarán más grandes;
crecen rápido, en un segundo.
Cuando vuelva, meceré su aliento;
regaré su vida de almíbar;
los llenaré de besos
y les diré que cuento el tiempo para estar con ellos.
FANY CURE
DOS ANGELES RUBIOS
Los veía cada tarde, al llegar de la escuela;
parecían dos ángeles escapados a tierra.
Entonces supuse, que Dios los había enviado
para adornar su esfera…
… tal vez de una manera diferente;
inexistente en el pasado.
Algo mágico, exótico, casi etéreo.
Pintó de rubio sus cabellos; les colocó en el medio
de sus ojos claros, unas pupilas de ensueño.
Los miraba mil veces, mientras hacían dibujos medio acabados,
con la pantalla encendida frente a ellos.
Claro, como todos, miraban en los destellos…
…del divertido aparato,
los muñequitos pequeños, largo rato.
Así, son ellos. Los dos ángeles rubios.
Comían a plazos, para rendir el tiempo.
Se reían por momentos, de sus propias travesuras;
de sus juegos quietos;
de sus locuras con mezcla de atropellos.
Ya no los veo cada tarde. Se quedaron en su mundo.
En su mundo lejano, de ángeles rubios.
Pero siempre están ahí; lo sé. Los siento.
Los veré otra vez, en cualquier momento.
Los veré regresar de la escuela en la tarde;
seguramente estarán más grandes;
crecen rápido, en un segundo.
Cuando vuelva, meceré su aliento;
regaré su vida de almíbar;
los llenaré de besos
y les diré que cuento el tiempo para estar con ellos.
FANY CURE
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